sábado, 28 de junio de 2008

7 Peluches

7 peluches están en mi repisa, no todos tienen nombre, pero todos tienen historia.


El primero es Kenny, un regalo de navidad de mi hermana que es un pequeño niño vestido de naranja propenso a los accidentes que le cuesten la vida y que es un perfecto atrapa polvo.

El segundo es lovelace y es un pingüino mal peinado que es todo un Casanova, este fue un regalo que obligue a mi hermano a darme, leo no tuvo muchas opciones.

El tercero es Ramón es famosos y su voz es bastante parecida a la de robin Williams. Este me lo compre yo mismo una de las tantas ocasiones que hemos ido mi familia y yo a Tucson, es un gran pingüino.

El cuarto es un pingüino surfeador y fue un regalo de la mujer mas grande del mundo (y no lo digo en sentido figurado).

El quinto es el pingüino realista y aunque tiene pico de pez espada es probablemente el mas caro de todos lo de ahí, por que fue ganado por mi madre y mi hermana es las vegas después de cerca de 20 dólares usados en su obtención.

El sexto es el conejo pepito (alias gabumon) y con perdón de todos los demás es el que mas quiero, me lo regalo una tía en mi cumpleaños numero 11 y me ha acompañado hasta la fecha.

El séptimo es el primer pingüino que compre, el mas barato y mas sin embargo es el mas estilero de todos, no le importa haber salido de una tienda de un dólar el sabe que es mejor que la competencia y por eso esta en la repisa.

7 peluches están en mi repisa todos tienen una razón para estar ahí junto a mi alcancía, todos son importantes para mi, todos fueron dados a mi por personas que me importan, y nunca olvido de donde vienen.


7 peluches, 7 recuerdos.

jueves, 19 de junio de 2008

No es solo un juego

El filo de la navaja estaba ya dejando un pequeña y fina cortada en el cuello de Carla y ella no podía evitar deja escapar lagrimas de sus ojos mientras su apresador gritaba y amenazaba con terminar su existencia de no cumplir con sus amenazas.

-José no es momento de ser un héroe, dámelo y todo esto se terminara- dijo el hombre mientras seguía sosteniendo fuertemente a la chica.

-¡Ramón suéltala!- José todavía se encontraba asustado, pero se rehusaba a dejar que ramón ganara tan fácilmente.

-La soltare en cuanto me lo des.

-Esto no era parte del trato- Por supuesto que no era parte del trato, José jamás hubiese involucrado en algo tan peligroso a su prometida.

-Igual, no creo que quieras ver morir a esta belleza, ¿verdad?-Dijo Ramón mientras sostenía con su mano libre la cara de Carla.

-¡Yo no importo! No se lo des, el no lo debe tener- Grito Carla antes de ser golpeada por Ramón.

José pensaba muy seriamente en ese momento, si se lo entregaba a Ramón el y Carla estaban perdidos, pero no podía ver como la mujer a la que amaba moría frente a sus ojos. En ese momento decidió que haría.

-De acuerdo te lo daré, pero si le haces daño te mato.

-No esperaba menos de ti José- dijo Ramón antes de soltar una risa que parecía salir de su alma, su negra y podrida alma.

Tomo la tarjeta y se la entrego a Ramón, este sonrió mientras separaba la cuchilla del cuello de Carla. Ella corrió a los brazos de José mientras dejaba salir lagrimas y muraba algo que sonaba algo parecido a “no debiste, no debiste”
-Enserio creíste que yo lastimaría a la mujer que esta embarazada de mi hijo- Dijo mientras guardaba la tarjeta en su saco.

-Eso no es cierto, no puede ser- Dijo mientras miraba firmemente a Carla a los ojos.

-Lo siento- fue lo único que pudo decir ella mientras se intentaba aferrar a el.

José empujo a un lado a Carla y se abalanzo sobre Ramón. Rápidamente ambos cayeron al suelo donde luchaban por tomar control del arma blanca que Ramón sostenía en su mano. Carla no podía evitar lanzar gritos pidiéndole a ambos que se detuvieran, hasta que de pronto vio como sangre empezaba a escurrir por el piso y el par de hombres dejaron de pelear.

José se puso de pie con las manos ensangrentadas mirando fijamente a Ramon quien sujetaba firmemente la tarjeta acercándola a su pecho, murmurando “gane, yo gane”.

La policía no tardo en llegar minutos después, empezando a hacer preguntas a las únicas dos personas que tenían la menor idea de que había pasado esa noche.

Fue especialmente difícil explicar en que momento el juego de monopoly estuvo fuera de control.
"La conciencia del perdido es la que me llevara a los momentos mas felices de los dias que jamas vivi."

Los que han pasado por aqui (desde el 26 de enero, 2010)