martes, 27 de enero de 2009

Carta 19

Esta última carta la escribo yo porque siento que es importante que las cosas sean completadas.

La última carta será de mi mano, Fernando ya no escribirá más y ahora que todas estas cartas están en mi posesión quiero darles un final adecuado.

Primero lo primero.

Yo conocí a Fernando en la universidad mientras estudiábamos ingeniería civil, bueno el estudiaba yo pasaba la vida más relajada. El me ayudo a poder continuar en la carrera dándome los empujones que de vez en cuando eran necesarios.


El no era de muchos amigos yo por el otro lado era más extrovertido, intentaba conquistar, por así decirlo, a toda mujer que estuviera cerca y disponible. Mas sin embargo fácilmente nos hicimos amigos. Podíamos hablar por horas de nada, solía retrasarlo con las tareas y a veces incluso no dormíamos por perder tiempo platicando en vez de hacer nuestra tarea.

Mi familia no era muy unida, de hecho es un asco, pero la familia de Humberto me acepto y me permitió sentirme como un miembro más. Era el mejor de los amigos que se pudiera pedir.

Aun así yo también frecuentaba otras amistades y solía llevar a Fer conmigo algunas veces invitaba a una amiga suya para que no fuera solo, por así decirse.

Ahí la conocí a ella (como él se empeña en llamarla en estas cartas), no tarde mucho en considerarla amiga mía, era una buena persona, graciosa y era poco menos que un genio.

Los tres nos hicimos un grupo regular, nos podían ver en el cine, en el bar, siempre nosotros tres. Hasta que ella se consiguió un novio durante ese tiempo fue cuando Fer empezó a actuar más extraño, en ese momento me debí de dar cuenta.

En fin, después ella salió de esa relación y él se fue a Alemania, esta de más decir que lo que paso en la despedida no era de mi conocimiento antes de leer estas cartas. Lo extrañe mucho al maldito.

En ese tiempo me enfoque en mi trabajo e incluso deje de frecuentar a muchas de mis “amigas”, por así llamarles, y el tiempo parecía ir más rápido.

Un día la invite por una cerveza, serian unos 3 años de que habíamos salido de la carrera y hacía mucho tiempo que no nos veíamos.

Ella no había sido la misma desde que Fer se había ido pero ese día se encontraba especialmente deprimida por alguna razón. Cuando le pregunte el por qué me explico que la mama de Fernando le había dicho que él se había sido invitado a unirse a la facultad en la universidad de Zúrich, cosa que había aceptado.

En ese momento me parecía comprensible la depresión de ella, ahora se que ella esperaba que el volviera después de la maestría para arreglar las cosas, era el tipo de depresión que yo sentía.

Ese día nos tomamos algunas copas de más y al llegar a su casa no pude salir de la situación donde terminamos besándonos y…llegando a situaciones más graves. Al días siguiente ella huyo de su casa temprano dejándome ahí dormido y por algunas semanas me evito hasta que pude confrontarla y arreglar las cosas. No tardamos en comenzar a salir como pareja.

Dos años después de eso el volvió en el funeral de su padre, muy triste lo vi durante semanas, yo pensaba que era por lo de su padre. Hoy se que no era solo eso.

Unos meses después fue cuando me decidí a pedirle matrimonio a mi ya novia de más de 2 años y fui a pedirle a Fer que fuera mi padrino.


Un par de semanas después de que acepto, yo aun no hallaba como proponerle matrimonio a la mujer que amaba así que volví con su mejor amigo para que él me sugiriera una idea.

Nadie me respondió al tocar la puerta así que con la copia de la llave que me había dado la última vez que había ido entre, el no podía haber salido lejos su auto estaba en la entrada. Llame su nombre un par de veces en voz alta y nadie respondió. Entre y di una vuelta por la casa, en su despacho vi un paquete que tenía una nota sobre él la cual decía:


“Para Humberto:

No dejes que las lea.”

Me senté en la silla frente a su escritorio y abrí el paquete. 18 cartas escritas a mano cada una en su sobre blanco y todas con fechas distintas, tome la más vieja y la abrí precediendo a leerla.


Una a una leí cada una de las 18 dejando que mi estomago se revolviera y que lagrimas cayeran de mis ojos mojando las mismas hojas escritas con las palabras de mi mejor amigo, palabras que estaban siendo dirigidas a la mujer que yo amaba.

Al terminar de leer la última carta deje caer los sobres y corrí a la recamara de Fernando y lo encontré en su cama boca arriba con un frasco vacio de medicamento en su mano.

Le grite, lo sacudí pero no respondí, no pude hacer más que llamar a urgencias.



Algunas personas consideran que uno solo puede amar a una pareja, un hombre solo ama a su mujer, su novia o esposa.
O solo pueden amar a la familia, sus hijos, padres y hermanos.

Piensan que un hombre no puede amar a otro hombre como a un hermano sin tener lazos de sangre.

Yo no soy de esas personas, yo tengo un hermano a pesar de haber que no somos familia.

Yo amo a mi hermano más que a nada en el mundo.

Y él estaba siendo llevado a emergencias mientras yo lo veía dejando que la vida abandonara su cuerpo.

1 minuto, eso fue todo.







1 minuto ese fue el tiempo que el oficialmente estuvo muerto.

Toda la noche junto a el me quede esperando que despertara. El doctor dijo que ya estaba fuera de peligro que había tenido suerte de que lo encontrara antes de que la sobredosis lo matara.

Al día siguiente abrió los ojos.


Hablamos por horas.

No le dije que había leído las cartas. Le pregunte por que había tomado las pastillas, el mintió.

Me dijo que tenía problemas para dormir y que se había excedido con las pastillas que solía tomar para dormir.

En ese momento tome la decisión más difícil de mi vida, y la más importante.
Dije la mentira más grande que podría haber dicho.

Le dije que había ido a su casa para hablar acerca de ella, que yo estaba teniendo dudas de la relación y que no quería casarme, todo porque no me veía a mi mismo teniendo hijos con ella, ni envejeciendo con la misma mujer. Incluso le dije que creía que ella tenía sentimientos por alguien más.

Todo esto era mentira, menos lo último, me había dado cuenta que ella tenía otra mirada en sus ojos desde que el había vuelto. Ahora entendía la verdadera razón.
Lo deje en el hospital con su familia, fui a su casa, tome las cartas y las devolví a su posición original no antes de sacar una copia de cada uno de ellas.

Después fui a casa de ella y le dije que Fer estaba en el hospital. En ese momento me di cuenta que mi decisión era la correcta. Sus ojos se iluminaron me hizo pregunta tras pregunta de su condición.

Ella fue al hospital tan rápido como pudo.

Yo solo me retrase lo suficiente para poder dejar caer el anillo que traía en mi bolsillo en el primer depósito de basura que vi en la calle.


Un par de días después termine mi relación con ella. No lloro, eso me alegra.


Ella lo ayudo a recobrar sus fuerzas. Acompañándolo a todos lados y simplemente estando ahí para el.


Hace unos días fui a verlo y no pude ver por ningún lado el paquete de cartas. Solo vi un libro negro con cubierta de cuero el cual ojee cuando él salió de la habitación.

“Por algún juego del destino, estoy completo. Volví de la muerte y esta vida parece mucho mejor a mi vida anterior”


En la última página escrita pude encontrar esto:

“Un reencuentro he vivido. Mis labios con los suyos, una vez mas unidos y esta vez no los separara ni un rayo”


Sé que mi decisión ha sido la correcta.

Porque a pesar del dolor que siento en mi pecho casa vez que la veo, sé que mi hermano está feliz y sé que él la hará la mujer más feliz del mundo.


Esta carta la escribo no para que alguien la lea si no porque toda gran historia de amor debe tener su desenlace y porque me enorgullece haber sido parte de esta.



Atte. Humberto

miércoles, 14 de enero de 2009

carta 18

No se cuanto ha pasado desde la última vez que escribí, de hecho ni siquiera recuerdo donde me quede en la última carta, pero de cualquier manera muchas cosas han pasado.

Hace unas semanas me conseguí una pequeña casa y deje de nuevo a mi familia. Esta vez la escusa fue que necesitaba espacio para poder desarrollar mi último libro, la verdad ese ya estaba listo y preparado para que firmara y se me entregara una pequeña fortuna.

Me comunique con Johan y le pedí que se encargara de distribuir el último libro el solo que yo no tenía fuerzas en mi para hacerlo. El acepto de inmediato. Me deseo que me cuidara y que recuperara las fuerzas por qué estaba haciendo “el libro que cambiara la manera en que la gente piensa de la soldadura” o algo así y que quería que yo lo redactase. Yo creo que le di largas, en este momento no lo recuerdo ya.

A Humberto lo he visto en algunas ocasiones, demasiadas quizás, un par fueron con ella. Ella me mira a los ojos y ya no puedo ver su alma, ya no me deja ver lo que hay dentro solo hay un vacio, esos ojos me dicen “ya nada para ti encontraras aquí”.
Abrasa a su pareja y son tan felices. ¿Y quien soy yo?


Nadie


El me considera su mejor amigo, me lo dice todo el tiempo, quiere que salga con el por una cerveza que los acompañe por algo de comer, cosas que no puedo hacer sin que el dolor quiera escapar por mis ojos. Como si mi alma quisiera huir

La última vez que lo vi vino a mi casa a mostrarme algo que acababa de conseguir y que quería que yo viera primero que nadie.

Un maldito anillo. El maldito anillo.


No se cansa de verme sufrir ¿Acaso no lo ve? Mi miseria es casi palpable y el no ve el hoy en el que el amor por ella me ha llevado. Y el tiene un anillo para ella.

Y yo estoy solo y sin propósito.



“-Te lo enseño a ti antes que a ella. Porque quiero que tú me des el si antes.

-Serias mi padrino de bodas. No quiero casarme sin ti a mi lado. Eres mi hermano”.


Hermano me llamo. Y yo amando a mi cuñada.

Accedí. ¿Que mas pude decir?

El confundió mi dolor con sorpresa y emoción o algo así.



Ya firme los papeles, todo está arreglado. En dos semanas es el cumpleaños de mi madre, ese día se los daré.

Dejare que mi madre tenga un último cumpleaños feliz con todos sus hijos.

Quizás esta sea mi última carta, levantar la pluma ya es muy doloroso y no creo tener fuerzas.


Solo dos semanas más.


Dos semanas mas y descansaré. Ahí ella no me atormentará. En el vacio descansaré.
"La conciencia del perdido es la que me llevara a los momentos mas felices de los dias que jamas vivi."

Los que han pasado por aqui (desde el 26 de enero, 2010)