lunes, 7 de junio de 2010

The Hangover…

Un lejano zumbido me forzó a abrir los ojos, los cuales de la manera más dolorosa posible me informaron que el lugar en el que me encontraba estaba muy bien iluminado.

Mi boca tenía el sabor a sangre, vomito y algo que, sospecho, era pavimento.

Mis piernas y brazos estaban totalmente entumidas, evitando que yo pudiese incorporarme y averiguar en donde jodidos me encontraba.

Al acostumbrarse mis ojos a la luz comencé a identificar poco a poco el lugar que parecía ser mí recamara:

-Escritorio con colección de 72 pingüinos (cada uno mas encantador que el anterior)

-Monitor de 18 pulgadas con un zapato incrustado en la pantalla (el zapato en pantalla eran nuevas noticias, pero sigue siendo familiar).

-Zapato del número trece incrustado en monitor

-Bolsa con lo que parecía ser 2 botellas vacías de "El jugo mágico del Tío Aurelio" (botellas de colección cabe mencionar)

-Ventana rota manchada de sangre y lo que supuse era queso (soy experto identificando quesos a la distancia, este parecía ser un queso manchego cocido, le faltaba sal)

Si efectivamente esta era mí recamara solo una de las cosas que se encontraba a mí vista no cuadraba con mi habitación:

-Cebra aparentemente dormida en el suelo(o desmayada, dependiendo que tanto del jugo del Tío Aurelio haya tomado).

Al ponerme de pie, encontré un octavo de mi celular en la bolsa de mis pantalones (el resto se encontraba en el estomago de la cebra, la cual apode manchas). Mis pies estaban sangrando, probablemente por caminar sobre los vidrios de la ventana rota o por heridas del día anterior (era noche de club de la pelea y uno nunca falta al club de la pelea…No, espera ese día fue jueves, así que no fue club de la pelea. Club de la pelea es en lunes así que fue Club de la bebida…y uno nunca falta al club de la bebida.)

Al tropezar y caer sobre Manchas me di cuenta que no traía camiseta puesta, al mirar mi pecho encontré un extraño collage de sangre, queso y lo que parecía ser un tatuaje de un hombre montando una cebra.

En este dibujo pueden ver a manchas después de beber un par del jugo mágico...

El zumbido que me había despertado comenzó a aclararse y lo pude rápidamente como la voz de mi madre gritando.

Las palabras no tardaron en ser procesadas por mi mente, eran claras, esa misma tarde me mudaría…

Y entonces desperté.

-Wey, levántate ya vamos a llegar.

-¿Qué?- pregunté yo desorientado.

La respuesta vino del hombre que manejaba la patrulla.

-Sargento, traemos a los responsables del caos en el centro ecológico, centro de gobierno e incendio de la comandancia centro. Se encontraban durmiendo sobre un tractor robado que estaba tirado en el distribuidor vial.- dijo el oficial por el radio.

En ese momento me di cuenta…de la horrible cruda traía encima.

"La conciencia del perdido es la que me llevara a los momentos mas felices de los dias que jamas vivi."

Los que han pasado por aqui (desde el 26 de enero, 2010)