martes, 27 de diciembre de 2011

Nightmare


Entré a la oscura biblioteca, iluminada tenuemente por las luces de emergencia, caminé lentamente esperando a que mis ojos se ajustaran a la escasa luz.

La biblioteca se erguía impresionante, siete pisos de estanterías que sostenían miles de libros. Pisos cubiertos de una alfombra guinda que a penas y era visible en la oscuridad, decenas de mesas y sillas se encontraban en el centro de la enorme sala para que los visitantes pudiesen disfrutar los libros.

 En el tercer piso se encontraban algunos cubículos, donde la gente podía entrar a leer en privacidad, en el quinto cubículo de la izquierda descansaba un solo libro, olvidado ahí por mi.

Mientras caminaba por la oscuridad recordé las historias que contaban de la biblioteca, de como un niña se aparecía por las noches. La historia contaba que un viejo maestro había un día traído a su pequeña hija un día a la biblioteca de la universidad y la había dejado esperando mientras el terminaba de leer unos libros que estaba investigando. La niña aburrida caminaba por la biblioteca buscando como entretenerse, hasta que en el cuarto piso de la biblioteca encontró un libro rosa con un castillo en el dorso.

El libro estaba en lo mas alto de la estantería, y la niña sin que nadie la detuviera trepo a lo más alto de la estantería buscando el libro, pero antes de que pudiera alcanzarla la estantería se comenzó a inclinar, desplomándose sobre el barandal dejando que la pequeña niña callera hasta el primer piso, justo en seguida de donde su padre se encontraba leyendo. Desde entonces se aparece en la biblioteca, buscando quien la entretenga.

Esa historia me la contaron la primera vez que me toco el turno de la tarde en la biblioteca, y durante los 3 meses que trabaje en ese turno jamás oí ni vi nada.

Antes de llegar a la escalera sentí una brisa correr por todo el pasillo, supuse que alguien había dejado el aire acondicionado funcionando, mientras subía empecé a oír ruidos. Risas, pasos e incluso el desplomarse de un par de libros.

Por un momento pensé que alguien más se encontraba en la biblioteca, incluso pregunte en voz alta si alguien se encontraba por ahí. El silencio volvió y yo seguí caminando. Antes de llegar al segundo piso, sentí un roce en mi espalda, de inmediato me voltee sin ver a nadie.

Caminando mas rápido me dirigí a las escaleras que llevaban al tercer piso, al subir esas escaleras sentí como alguien me empujaba hacia adelante. De nuevo me volví de inmediato y no encontré a nadie.

Esta vez corrí hacia el cubículo donde había dejado el libro, al intentar abrir la puerta me di cuenta que esta estaba cerrada. Lo cual es imposible pues los cubículos no tienen cerrojos. Una risa se oyo del otro lado de la puerta, mientras una mano se mostraba en el vidrio de esta.

En ese momento deje de estar agitado y empecé a sentirme muy asustado, y corrí al primer piso olvidando de una vez por todas el libro. Antes de llegar al primer piso sentí de nuevo un empujón, pero en mi apuro este me hizo tropezar y caer un par de escalones hasta el suelo en el primer piso, ahí vi decenas de libros caer de sus estanterías. Mientras la risa se oía fuertemente creando un gran eco por la biblioteca.

De pronto los libros dejaron de caer y la risa se detuvo.

En el silencio me puse de pie, me encontraba muy desorientando  tarde un poco en encontrar la puerta de salida. Antes de salir vi a un hombre parado en la primera estantería recogiendo los libros.

Este me miro y me dijo “tienes que disculparla, solo quiere jugar” señalando la primera mesa. Por instinto me volví a ver la mesa donde estaba solitaria silla vacía acomodada y un gran libro rosa frente a ella.

El hombre siguió acomodando los libros y al volverse revelo en su sien izquierda un agujero del tamaño de un pulgar manchado de sangre. Tarde un segundo en recobrar el sentido y seguir corriendo.

El día siguiente renuncie a mi trabajo en la biblioteca…por teléfono.

i belive


No soy un creyente, no espero ver algo al morir, no creo que haya algo mas que este montón de tierra e ideas. 

Vivo creyendo que mis acciones no fueron planeadas por nadie y que solo son juzgadas por los mortales.

Así vivo yo, quizás equivocado o un poco desmedido.

Ningun libro de reglas me manda y ninguna promesa de redención de llena de esperanza.

No creo en muchas cosas pero si creo en una cosa, creo en la calma de conciencia.

Creo que si no hago lo correcto no podría dormir a gusto, creo que debo de ser honesto y justo por que si no, no soy una persona que valga la pena.

Creo que debo tratar a los demás con respeto que se merecen e intentar no herir sentimientos y sensibilidades.

Creo que se debe intentar ser bueno por que es lo correcto y no por miedo a alguna retribución divina.

Creo que se debe de entender antes de aceptar.

I saw her and she saw me…no more needs to be told


En una noche despejada te conocí, el mundo no se detuvo ni estallo en canciones, solo te conocí. Te vi ignorando a un par de muchachos, como si fuera un deporte para ti. Quizás me viste por ahí, quizás yo solo era otro ignorado pero ahí te conocí.

Un par de ocasiones mas te vi, a lo lejos acompañada y sonriendo. Siempre feliz y atenta de los cercanos a ti, de inmediato me agradaste debo admitir.

Un día necesitado de ayuda te encontré, estabas sola y asustada. Yo cerca y dispuesto, no hubo remedio.  Me sonreíste mientras yo te ayudaba, casi en silencio fue todo el encuentro.

Mil horas después uso este medio para despedirme, sin que sepas mi nombre o mis deseos, te cuento que soy un hombre que solo quiso verte sonreír. Solo tuvimos un par momentos, segundos a solas y un beso solitario.

Me despido con el pecho sangrando mientras veo las olas.

Me despido recordándote a ti de entre todas las cosas.

Me despido sonriendo.

Is dark outside, but not as dark as in the inside



Estamos separados desde hace tanto por tiempo, espacio e ideas. Es difícil explicar, no es que no nos encontremos en el mismo lugar, es que no permanecemos ahí lo suficiente.

Nos entendemos y respetamos, pero no encajamos. Sabemos quien es el otro y aun así esperamos más, como si fuese a cambiar solo por decisión. Nada es tan fácil.

Estamos contentos, más nunca felices. Esa se nos escapa cada vez que recordamos, que las cosas no funcionan solo porque si.

Queremos victoria sin sacrificio, queremos amor sin compromiso, queremos al otro sin cambiar.

Estamos a oscuras en la luz, quizás el atardecer nos de perspectiva, para volver a empezar.
"La conciencia del perdido es la que me llevara a los momentos mas felices de los dias que jamas vivi."

Los que han pasado por aqui (desde el 26 de enero, 2010)