Oz los saluda

Mi nombre es oz, y soy una ardilla.

Si, una ardilla. Sé que parece un poco estúpido para ustedes que al leer esto. "¿Una ardilla? ¿Qué clase de estupidez es esta? ¿Que no vengo aquí a leer cosas serias?

Pueden preguntarse eso y mucho mas, eso no cambiara el hecho de que mi nombre es oz y soy una ardilla.

No soy una ardilla que escribe, obviamente estas palabras tampoco son mías. Solo soy una ardilla.

No tengo la capacidad craneana de deletrear nada de lo que pueden leer ahora, ni tampoco se hablar. Vuelvo a repetir, esto es porque solo soy una ardilla.

Vivo en la corteza de un árbol en un parque. No sé que es un parque realmente, solo sé que vivo ahí y que los sábados puedo ver niños correr cerca de mi madriguera. Como lo que olvidan en las bancas o a veces voy a los depósitos de basura y busco que han dejado que aun sea comestible.

Haga todo esto, porque soy una ardilla.

He sido una ardilla desde que nací y lo he disfrutado también.

Es bastante sencillo ser ardilla. Si me da hambre busco comida, si me da sed voy a la fuente, si quiero jugar un poco corro un poco entre los pies de niños que visitan el parque.

Los niños me agradan, se parecen a las ardillas. Si tienen hambre comen, si tienen sed beben algo. No se complican.

Los adultos no se parecen a las ardillas. No parecen estar dentro de ellos mismos, siempre están pensando en otras cosas, ignorando lo que están haciendo en ese momento. Caminan por el parque hablando con la caja esa que llaman celular, salen a hacer ejercicio pero se ponen tapa oídos con música para poder ignorar al resto de las personas más fácilmente.

No los adultos no son como las ardillas.

Ellos no quieren saber nada de corretear por ahí, ni de juguetear en el parque. Lo gracioso es que pareciera que es a los que más falta les hace juguetear y corretear por el parque. Y ellos alguna vez fueron niños, pero parece que ya no recuerdan como ser como ellos.

Quizás les hace falta recordar cómo ser como yo, una ardilla.

Si pudiera elegir que ser, elegiría ser una ardilla, digo no es una vida glamorosa ni emocionante. Pero es una vida feliz y eso parece ser más importante.

Me pregunto si los humanos sabrán eso. Los niños creo que si lo saben. Los adultos ya deben de haberlo olvidado.

Ahora me despido recordándoles que soy oz, y soy una ardilla. Una particularmente feliz.