sábado, 23 de enero de 2010

Burn, burn, burn.

Voy por uno de los múltiples caminos que me llevan a mi casa, manejando el automóvil que comparto con mi hermana pero que he llegado a apreciar como si fuera solo mío, cantando y con los vidrios abajo. Porque es divertido ver como la gente te mira extrañamente al verte cantar manejando.

"¡Me dicen el coyote porque nadie me ha domado!" desafinadamente cantaba mientras el trafico reducía la velocidad. Una mujer en la banqueta me miraba con cierta desconfianza ante la gran voz que yo mostraba, eso o era una extraña muestra de miedo y asco.

El trafico de la calle parcialmente se detuvo y sirenas se comenzaron a oír detrás de mí, al bajarle volumen a la música y poner atención a mis alrededores pude notar diversas cosas. La primera que eran 2 patrullas detrás de mi haciendo señas para que los dejáramos pasar, la segunda una columna inmensa de humo que provenía de la siguiente cuadra y finalmente la tercera era que la mujer seguía mirándome feo.

"¿Qué pasó?" le pregunte señalando a la fuente del humo.

Ella me miro directo a los ojos una vez más y siguió su camino. Hasta este día estoy casi seguro que me hecho el mal de ojo o algo así, pero no he podido comprobarlo.

El tráfico a velocidad continental siguió avanzando. Pocos minutos después pude ver la fuente del humo claramente. Un pequeño supercito adjunto a una carnicería, el cual parecía estar en perfecto estado a excepción de la inmensa columna de humo negro emanando de su parte trasera.

Después de observar claramente la escena note que el humo venia de la bodega del super, al cual yo en numerosas ocasiones había entrado. También pude ver a un policía en posición heroica, mostrando su bien marcada barriga y bigote masculino, sobre uno de los tejados de las casas continuas esperando que su compañero lo asistiera con un balde de agua que en ese momento llenaban un par de oficiales en el suelo.

Siguiendo mi inspección del lugar pude ver a un hombre que contra viento y marea, o mejor dicho lamas y humo, seguía puesto con una sola misión en su mente, esa misión hacer su trabajo. La decisión de este hombre será una inspiración para toda mi vida, yo lo se. Deseo poder algún día tener un compromiso con mi trabajo como el que este hombre poseía. Era simplemente espectacular.

Decenas de personas entraban en una mezcla de pánico y preocupación a su alrededor, pero este hombre tenía un trabajo que hacer, y ¡Nadie evitaría que él lo hiciera!

EL hombre continuo asando la carne que ya se encontraba sobre el asador, no veía a los oficiales de policía intentando detener las llamas ni a los encargados del pequeño super intentando salvar la mercancía que pudiesen. No, a él le pagaban por asar carne y eso iba a hacer.

Así paso, o por lo menos así lo recuerdo.

2 comentarios:

franchesca beraud dijo...

dioooos!! el carniceroo xDD

Anónimo dijo...

jaja pense k iba a ser un bombero o algo asi.. xD
jjaaaaaa k kurado lo de la doña xD

"La conciencia del perdido es la que me llevara a los momentos mas felices de los dias que jamas vivi."

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