jueves, 14 de enero de 2010

Tu cabeza en mi hombro

"Oye, tú". Fue el llamado que pude oír mientras alguien perturbaba mi rutinaria siesta de las 10 de la mañana, ya saben la que toman cuando se pintean la clase de contabilidad.

"¿Que pedo?" pregunte a la mujer, novia de mi Patiño, que había interrumpido mi tan merecido descanso.

"Tu amiga me gritó. Por ninguna razón. Así de la nada" me informo la mujer mientras ingería una bolsa papitas con queso a la velocidad de colibrí que consume esteroides.

"Mira para ser justos, es probable que te lo merecieras" le dije volviendo a mi posición e intentando cerrar los ojos para obtener un poco de mi sueño de belleza.

Por minutos ignoré los intentos de agresión, insultos e intentos de plática por parte de mi semi cuñada, solo para poder intentar dormir un poco, cosa que no pude lograr. Poco después de que ella me hubiese informado de los gritos de mi amiga apareció su novio.

"Wey, anda rara tu amiga. Se puso agresiva y ni siquiera la molestamos lo normal" me dijo mientras abrasaba a su novia e intentaba alcanzar una papita, cosa en la que fracaso.

"¿Tan así estuvo?" pregunte yo poniéndome de pie y levantando mi cabeza de mi almohada/mochila.

"Si we, ya sabes que generalmente tu amiga aguanta más a mi novia antes de gritarle" dijo el seriamente.

"Hey, lo dices como si me lo mereciera" dijo ella lanzando una bolsa con poco queso y cero papitas al suelo.

"Voy a ir a verla entonces" dije yo alejándome de la posible pelea que se sentía venir en el aire; pues mi buen Patiño continuaba en silencio.

Camine a la cooperativa donde había sido vista mi amiga por última ocasión y no la encontré. Seguí mi búsqueda por el bosque de infantes de primer semestre y tampoco tuve suerte. Continúe mi búsqueda hasta las zonas perdidas detrás del salón de matemáticas cerca de donde los eléctricos viven libremente, ahí la vi sentada seriamente junto a su nada alegre amiga.

"Eit" fue mi saludo al verla con un aire sombrío y un silencio perpetuo a su alrededor. Me senté a su lado sin esperar contestación y guarde el mismo silencio que ella parecía desear mantener.

Mientras más pasaban los segundos y los minutos más me daba cuenta que tan serio era su problema, más podía sentir todos sus dolores y su enojo, tristemente sabía que ese enojo era probablemente dirigido a ella misma.

"¿Hablaste con él?" pregunte sin levantar la vista, intentando respetar un poco su privacidad a sentir lo que sea que ella quisiera sentir.

La respuesta no tardo en llegar, no con palabras ni un gesto, si no con su cabeza descansando en mi hombro. Todo el contacto que hizo falta. Con eso pude sentir todo lo que traía dentro, pude sentir toda su pena.

No fue un abrazo, ni siquiera teníamos un contacto mayor que si cabeza ligeramente recargada en mi hombro, pero fue todo lo que hacía falta. Nunca hemos necesitado mucho.

Así paso o por lo menos así lo recuerdo.

2 comentarios:

Unknown dijo...

La verdad ese dia tuve una noticia horrible, y fuiste el unico que supo como acercarse ami sin ser agredido jajajaja

yo se que no somos normales, y adoro eso, es cierto nunca hemos necesitado mucho, ni muchas palabras, ni mucho nada.

aajajajjaja eres un amor k bueno k entre al "club de literatura"

aniestra dijo...

me gustaaa me gusta! :D bien mandada a la fregada

saluditos
anne

"La conciencia del perdido es la que me llevara a los momentos mas felices de los dias que jamas vivi."

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