lunes, 25 de enero de 2010

Death


Yo no he tenido un contacto muy cercano con la muerte, mis cuatro abuelos siguen vivos, igual todos mis tíos y primos. No, la muerte no se ha acercado mucho a mi familia.


Por eso me parece tan extraño hablar de la muerte, porque sin importar cual sea tu creencia religiosa o afiliación moral la muerte es el final de algo, mínimo el final de tu estadía en el asilo de ancianos o cabaña en las montañas dependiendo de qué tan interesante haya sido tu vida.


Muchos parecen tener una relación cercana con la muerte, no solo médicos y sepultureros, personas que han tenido tragedia tras tragedia en sus familias y amistades, tantas que parecería que cargan una maldición egipcia o algo así.


Tengo amigos muchos menores que yo que han sufrido pérdidas increíblemente cercanas a ellos una tras otra. Como un mal episodio de Mujer casos de la vida real. Pero supongo que a todos nos llega el tiempo y hay que hacer lo que podemos antes de que este llegue para divertirnos, aprender y aprovechar cada momento, como cada película de Disney les debe de haber enseñado.


Dicen que hay 5 etapas para llegar a la aceptación. Negación, ira, negociación, depresión y aceptación. (Que en verdad son 4 porque la quinta es aceptación). Cada una es tan desgastante como la anterior, para uno mismo y los que están a su lado.


En mi familia he notado que la perdida se acepta tan rápido como se puede y se hace con buen humor, característica omnipresente entre todos los miembros de mi familia, tenemos la habilidad de reírnos de todo. Incluso de la muerte.


Recuerdo haber oído en el funeral de mi bisabuela, quien abandono nuestra compañía a la tierna edad de ciento dos años.


"¿ciento dos años? Ufff, una eternidad" dijo un tío al oír a mi padre mencionar la edad de mi "masita" como la llamábamos todos los de la familia, ¿porque? No sé, pero así le decíamos.


"Si y eso no es nada, su mama murió a los ciento dieciséis".


"¡Madre!"


"De hecho mi bisabuela, debe de estar en el cielo viendo a la masita y diciendo "Hay mi'jita que joven se nos fue"" informó mi padre a sus primos.


Mi padre, como toda mi familia, tiene su buen humor como sustituto a los 5 pasos. Por supuesto la pérdida duele, pero hay que tender buena cara a la adversidad. Ese es nuestro personal método, algunos quizás comen para esconder sus penas en turrón o quizás necesitan altas dosis de alcohol. No creo que haya solución incorrecta, solo miles de personas diferentes.


Me despido pidiendo perdón por no tener nada mejor de que hablar.


No hay comentarios:

"La conciencia del perdido es la que me llevara a los momentos mas felices de los dias que jamas vivi."

Los que han pasado por aqui (desde el 26 de enero, 2010)